¡Me gradué de criminólogo! ¿Y ahora qué?

Lilia Elena Rodríguez Estrada. Licenciada en Criminología por la Universidad de los Andes, con posgrados del área policial y educativa. Docente e Investigadora de la Universidad Internacional de la Rioja – España. Docente en la Universidad de los Llanos Occidentales de Venezuela. https://orcid.org/0000-0002-9777-3821 Correo Electrónico: liliaelena.rodriguez-externo@unir.net

             Esta frase aparece de manera incesante  en la mente de las personas que se gradúan de cualquier carrera. Los jóvenes pasan desde tres hasta seis años, de sus vidas en una universidad soñando con el hecho de que al obtener ese pergamino, ese título en la mano, su vida cambiará radicalmente (Marzal, 2010). Quizás conseguirá trabajo con algún ente del gobierno, quizás en una empresa privada o, tal vez, lo llamarán de algún organismo internacional. Pero, lamentablemente, comienzan a transcurrir los días, los meses y nada nuevo ocurre. Es allí cuando ese joven siente la ausencia de sus compañeros de aula, de sus amigos, los cuales eran originarios del interior del país y tuvieron que devolverse casi de inmediato, después del acto de grado, para no cancelar un mes más de la renta.

             A muchos de ellos no los verá más en su vida. Sin embargo, en ese momento la fe en reencontrarse pronto es absoluta. Pasan los días y al ver que no consigue trabajo relacionado con su profesión, acepta trabajar en alguna tienda de comida rápida o en cualquier comercio. El alimento y los demás servicios no se pagan solos y decide guardar (por unos días, solo por unos días) el sueño de trabajar en lo que estudió. En muchos casos, lamentablemente, pasan años y años, tantos, que luego ese recién graduado sentirá que ya olvidó todo lo que aprendió, siente que ya se “oxidó” y que no tiene la seguridad de ir a ninguna empresa a pedir trabajo con el título universitario obtenido.


             Este ejemplo puede aplicarse a jóvenes de cualquier profesión. Un estudio aplicado en Ecuador, determinó que «dentro del país, personas que han alcanzado un título universitario se sienten decepcionadas por falta de plazas laborales, es así que la población entre 15 y 34 años, la población económicamente activa del país, representa un 61,9% de los desempleados” (Toscano et al, 2023, p.716). Sin embargo, cuando hablamos de  Criminología, esta situación ocurre con mayor frecuencia. Es por eso que me veo en la necesidad moral, de escribir estas líneas pensando en ayudar o por lo menos dar una luz a aquellos que están pasando por tan difícil situación.

         Lo que voy a escribir a continuación no tiene como finalidad destruir esa ilusión hermosa de ser millonario al día siguiente de graduarse. No, para nada, no quiero hacer eso. Lo que intento en realidad es lograr que todos aquellos recién graduados, vean la vida con una amplitud un poco mayor; por ejemplo, qué tal si les digo que el solo título no les servirá de nada, que un currículum donde solo diga licenciado en criminología, no les dice nada a los empleadores y es muy probable que te rechacen, por eso precisamente.

              Es necesario que aprovechen los últimos cuatro años de la carrera para ir trabajando a medio tiempo. Bien sea, en alguna empresa relacionada con el ramo de la seguridad, donde te acepten en el nivel más básico de los empleados, eso no importa aún, pues ¡eres estudiante! en este momento puedes darte el lujo de trabajar de barrendero de la empresa de seguridad, por poner un ejemplo y con el mayor respeto hacia los barrenderos. Pero estás allí, estás allí dentro, puedes oír, ver, aprender ¿qué hacen las personas?  Puedes ser voluntario en alguna organización no gubernamental, una fundación que trabaje con mujeres víctimas de violencia o con niños de escasos recursos, entre otras muchas existentes (Trina y Pijuan, 2020),

            Allí puedes ser voluntario, no importa si duras dos años ayudando ad honorem. Eso no importa, total, ¡eres estudiante aún!  El voluntariado siendo estudiante universitario te permite incrementar “la sensibilidad social, el comportamiento virtuoso y el compromiso social” (Sarmiento, Severino y Santander, 2021, p.19). Además debes recordar que tú estás allí con una meta clara: aprender cómo tratar a las víctimas y por qué no, también puedes ganar certificados para tu currículum. Estando allí aprendes el vocabulario técnico científico, conoces muchas personas del mundo de la ciencia que decidiste estudiar. Obsérvese bien la línea anterior: dice “decidiste estudiar”, es decir, tú no naciste sabiendo esta ciencia, entonces debes estudiar para conocerla a profundidad; y eso se logra mezclando la teoría con la práctica.

           Lamentablemente, la realidad es que no hay avances en tu conocimiento mientras te falte una de estas dos bases o columnas. La teoría debe ir de la mano con la práctica. Se puede observar en la definición de la Real Academia Española, que la palabra práctica proviene del griego praxis cuyo significado “indica acción, obra y el ejercicio de cualquier arte o facultad, conforme a sus reglas” (RAE, 2023). Entonces podemos decir que “la práctica implica acciones específicas donde un individuo hace uso de su memoria para recordar que debe hacer, con base en un conocimiento previamente aprendido” (Chacón y Muñoz, 2020, p. 4). Si no lo hacemos de esa manera o nos volvemos simples ratones de biblioteca o por el contrario realizaremos simples repeticiones de procedimientos sin conocer a profundidad sus razones. Es decir la una no puede avanzar sin la otra.

            Considero necesario hablar de este tema porque cada vez son mayores las tasas de desempleo de criminólogos (Trina y Pijuan, 2020), sobre todo en países como México y España que tienen una altísima matrícula en esta carrera año tras año. Se me ocurre que: hablando este tema de esta manera, directamente, saltándonos toda diplomacia y diciendo verdades dolorosas, algo podemos lograr, algo podemos cambiar. Muchas gracias apreciado lector espero haberle agradado o por lo menos puesto a reflexionar con estas líneas. Nos vemos en una próxima entrega.

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Referencias Bibliográficas

Chacón Suárez, J. y Rondón Berbesí , L. (2020). Construcción del saber pedagógico en los profesionales no docentes. Formación Estratégica1(01), 33–48. Recuperado a partir de https://www.formacionestrategica.com/index.php/foes/article/view/10

Marzal Raga, C. d. l. R. (2010). La equivalencia en el ordenamiento educativo español y su confusión con la homologación, el reconocimiento y la convalidación: Reflexiones al hilo de los estudios de criminología. Ministerio de Justicia. 2114 (Tomo LXIV) https://revistas.mjusticia.gob.es/index.php/BMJ/article/view/6756

Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23ª ed., [versión 23.6 en línea].  https://dle.rae.es [07 de octubre de 2023].

Sarmiento, G., Severino, P., y Santander, V.  (2021). Responsabilidad social: voluntariado universitario y comportamiento virtuoso. El caso de una ciudad de Perú. Formación universitaria, 14(5), 19-28. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-50062021000500019

Toscano, C., López, I., Santana, R., Ruiz, O. y Viera, J. (2023). Factores de desempleo en los graduados y su incidencia en la sociedad. LATAM Revista Latinoamericana De Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2), 716–722. https://doi.org/10.56712/latam.v4i2.644

Trilla, C. C., y  Pijuan, A. A. (2020). La Inserción profesional de los criminólogos. InDret. (3), pp. 340-357. https://indret.com/la-insercion-profesional-de-los-criminologos/

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